22 La Nueva Revolución Catherine Jenks Érase una vez un chico que llamaba Táte. Él estaba afuera de su escuela durante su hora de almuerzo. Bruscamente, hubo una gran vibración de la tierra. La tierra tembló tanto que Táte se cayó y le dolió su culo. Cuando la tierra paró Táte vio sus pies. En ese momento pudo ver que todo el techo de la escuela había caído al piso. Táte esperó afuera de la escuela por treinta y un minutos, pero nadie salió de la escuela. Ni Luke, ni Nikhil, ni David, ni Gorje, ni Aldi, todos murieron. Táte llamó a su madre. Ella estaba viva. Él le dijo a su madre que viniera a la escuela. Dos días más tarde, Táte despertó a la luz del sol. Era por la mañana, pero cuando Táte vio el reloj, el reloj no funcionaba. Táte salió de su cuarto porque tenía mucha hambre. Táte puso un plato de jamón en el horno microondas, pero no funcionó. Táte tenía cereal para el desayuno. Táte miró las habitaciones de su casa. Ningún aparato electrónico funcionaba. Cuando Táte buscó en el
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