CUENTOS DE CIENCIA FICCIÓN

20 Entonces, Maquinita imprimió otro reporte. Renata no podía creerlo. ¿Estaba curada? ¿En realidad? Ella miró a Maquinita. Una sonrisa apareció en su rostro. - “Mi amiga... ¿Piensas que estoy curada?” Maquinita pitó con confusión. - “Renata, tu cerebro no tiene signos de dolencia.” Las fotos del cerebro de Renata aparecieron en la pantalla de Maquinita. - “Nunca estuviste enferma, Renata.” Después de que ella aprendió la verdad, se escondió en su cuarto por horas. Fue un poco irónico, que sus padres le mintieran para mantenerla adentro- y ahora ella estaba decidiendo quedarse en la casa. Le mintieron para controlarla. Mientras miraba por la ventana, la madre de Renata gritó: - “¡Mija! La cena está lista.” Una lágrima cayó por su rostro. - “Un minuto, Mamá.” El cielo afuera se volvió más oscuro. Maquinita pitó con tristeza desde la esquina. - “Renata…No estás enojada porque te dije la verdad, ¿verdad?”

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